Quizás el elemento más característico de la sexualidad humana es que está basada en la diversidad de gustos y prácticas que se encuentran y se adquieren en base a la experimentación propia y también mediante la educación sexual, y esto es algo que las personas saben hacer a la perfección gracias a su incesante instinto de curiosidad.
Pero descubrir nuevas y diversas maneras de disfrutar el sexo es también un instinto natural gracias al fuerte llamado de la naturaleza presente en las personas, desde siempre las personas han estado buscando y realizando nuevas prácticas con el único y principal objetivo de lograr placer mutuo entre los involucrados.
Hablaremos en este artículo del sexo anal una de esas prácticas descubiertas desde antaño y que cada día se populariza más.
Un poco de historia
Se sabe ampliamente desde la antigüedad, gracias a diversas evidencias arqueólogicas, que el sexo anal era una práctica ya conocida y que se hacía de manera frecuente por nuestros antepasados, principalmente en el continente americano hay mucha evidencia descubierta en forma de jeroglíficos y de esculturas que así lo evidencian.
En Europa también fue así, no es sorpresa tampoco que en la antigua Roma, una sociedad muy abierta al sexo, se practicara el sexo anal, sin embargo hay evidencia que sugiere que era una práctica expresamente prohibida entre los hombres, igualmente en ciertas castas sociales más bajas no se permitia, era algo reservado para las castas más altas.
En la edad media la religión influyó bastante y está práctica fue condenada, censurada y mal vista, por otro lado, en la actualidad se ha convertido en algo más común de lo cual se habla sin tabúes.
Cómo se debe practicar el sexo anal
Se debe hablar primero y claramente de los órganos involucrados para conocerlos y ser conscientes de lo que involucra, estos son el ano, el recto y el esfinter.
Toda esta zona es altamente sensible y delicada por lo que se puede llegar a lastimar fácilmente, es necesario entonces tener todos los cuidados posibles a fin de prevenirlo, adicionalmente el ano está compuesto en la parte exterior por un músculo que se contrae involuntariamente y se debe aprender a relajarlo.
Una buena idea que ayuda en las dos cosas, tanto para prevenir heridas como para lograr una relajación muscular y que se disminuya el posible dolor, es el uso de lubricantes, siendo los más recomendables los elaborados a base de agua, los preservativos también pueden ser muy útiles.
También se recomienda un proceso de dilatación previo en las personas que nunca hayan practicado relaciones sexuales anales, consiste en la introducción de elementos más pequeños como un dilatador, o incluso con los dedos, el objetivo es lograr que el músculo se acostumbre a abrirse desde afuera y no ponga una resistencia total que pudiera generar una herida.
La higiene es muy importante
Algo que no se puede ignorar es que el sexo anal es riesgoso, por múltiples motivos, uno de ellos son las bacterias presentes en esta zona del cuerpo que pueden generar infecciones urinarias, entre otras, por eso siempre es recomendado el uso del preservativo.
Igualmente si se introducen los dedos en el ano, los mismos no se deben llevar a la boca o ser introducidos en la vagina para evitar transportar bacterias, hacer sexo con la boca en el ano es algo que no se recomienda practicar por la misma razón.
Una buena práctica consiste en lavar la zona muy bien antes y después de tener relaciones, incluso algunas personas realizan un lavado profundo mediante el uso de edemas.
Finalmente siempre hay que tener presente que las infecciones de transmisión sexual como el VIH se dan de forma más común en las personas que se exponen sin cuidados a prácticas como el sexo anal.
Utiliza preservativo siempre y disfruta del sexo anal con seguridad y tomando precauciones.